Retos y oportunidades de la digitalización financiera
Por Federico Martínez, country manager de Mastercard Colombia
La gran transformación de los ecosistemas de servicios financieros ha traído consigo nuevos modelos de colaboración. La transformación digital y el desarrollo de canales y servicios virtuales es actualmente uno de los pilares estratégicos del sector financiero dado que busca ajustarse a la tendencia digital y acercarse a todos los tipos de consumidores. La pandemia ha acelerado el cambio a la digitalización. Pero si bien la tecnología ha servido como puerta de entrada para muchos, la falta de acceso a Internet, herramientas asequibles y el conocimiento para usarlas ha creado una brecha social-digital.
Lo cierto es que el acceso universal a los servicios financieros está al alcance, gracias a las nuevas tecnologías contamos con instrumentos como las cuentas de dinero electrónico, junto con las tarjetas de débito y las cuentas bancarias regulares de bajo costo, que han aumentado significativamente el acceso financiero para aquellos antes excluidos.
La tecnología, y en particular el aumento del uso de teléfonos móviles ha facilitado la ampliación del acceso de las pequeñas empresas y poblaciones difíciles de alcanzar a servicios financieros a un costo más bajo y con menor riesgo. Así mismo, la digitalización de los pagos ha permitido que haya un acceso conveniente aún en las zonas remotas y mayor disponibilidad de datos sobre los clientes, lo que permite diseñar productos financieros digitales que se adaptan mejor a las necesidades de las personas no bancarizadas.
La flexibilidad e integración con la tecnología han permitido que se creen mecanismos fundamentales para la expansión de servicios bancarios tradicionales y otros que van más hacia lo que conocemos como fintechs y neobancos, muy aceptados por sus bajos costos transaccionales y posibilidades de acceso.
Sin embargo, a pesar de la tendencia acelerada de los pagos digitales, el efectivo sigue siendo la principal forma de pago en muchas partes del mundo, incluso entre los clientes bancarizados. Existen múltiples limitaciones actuales de la infraestructura digital que requiere una integración entre los servicios financieros digitales y no digitales, para garantizar un acceso integral de los consumidores.
Un sistema financiero inclusivo debe construirse sobre una base digital que amplíe el acceso a un suministro de energía confiable y asequible y tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para todas las personas, MIPYMES y comunidades. Esto incluye el acceso y el uso asequible de la conectividad a Internet, los servicios y dispositivos móviles y los dispositivos habilitados para Internet.
Brindar más servicios en línea es más eficiente, seguro y crea oportunidades de crecimiento. El acceso a una cuenta digital simple y segura es mucho más que una comodidad. Puede significar transparencia, la capacidad de generar ahorros y obtener acceso a crédito o recibir un cheque de pago de manera segura.
Hoy nuestra industria debe asegurarse de que las personas y las organizaciones accedan y usen su dinero como, donde y cuando lo deseen; innovando para ampliar las opciones y garantizando la flexibilidad que los clientes necesitan y esperan. Es imperativo que trabajemos en conjunto para lograr un mundo más inclusivo y sostenible, donde la economía digital funcione para todos, en todas partes. Esto nos permitirá democratizar los pagos y aumentar la posibilidad de acceso a productos financieros como créditos más económicos en el futuro basados en la forma en que la gente se comparta y consume. Juntos, podemos lograr la inclusión a través de la acción.