Innovación

3 puntos relevantes para el avance de una economía digital

25 de enero, 2022 | Por Felipe Rincon

Según el gobierno peruano, la economía digital “se refiere al impacto de la tecnología digital en la economía”, es decir, la influencia que tiene sobre los modelos de producción y consumo, cambiando la forma de comercializar y comprar los bienes y servicios.

La promoción de la economía digital es fundamental para hacer que la economía sea más resiliente y competitiva, asunto que hoy en día es un lugar común cuando se observa cómo la tecnología fue la línea de vida de la economía en esta pandemia. 

Hace unos días leí un artículo, escrito por Michael Miebach, CEO de Mastercard, sobre el avance importante que se está teniendo en África respecto a la nueva economía digital y algunas lecciones aprendidas en el desarrollo del ecosistema de pagos en ese continente que pueden servir como reflexión en otros lugares del mundo.

Quiero resaltar 3 puntos que llamaron especialmente mi atención y que pueden ser relevantes para impulsar la economía digital en el país:  

01
Los modelos de negocio en otros mercados son relevantes como referencia, pero no hay tal cosa como un “copiar-pegar”

El contexto y las brechas existentes por cubrir son distintas para cada geografía, aunque existen similitudes dentro de cada región. Debemos entender que no existen “empaquetados” disponibles que podemos tomar sin revisar cómo funcionan las distintas sociedades locales, cuáles son sus costumbres e intereses, para qué usan sus herramientas digitales, cuántas de ellas le son verdaderamente útiles o no. Conocer al usuario, su entorno, sus empresas y sus organizaciones locales, permitirá tener una estrategia y modelo adecuado. 

Así, por ejemplo, según cifras de OSIPTEL, existen en el Perú más de 27 millones de líneas móviles con acceso a internet y la penetración de internet móvil llegó al 82% de usuarios de líneas móviles, durante el primer trimestre del año pasado. Este importante avance, nos lleva a evidenciar cómo los smartphones pueden ser una herramienta importante que podemos apalancar para llevar más programas de educación financiera digital y cómo pueden ayudar, por ejemplo, a comerciantes a tener herramientas de control y de análisis de datos para crecer o diversificar sus negocios. Para ello es relevante contar con alianzas estratégicas entre empresas privadas locales y/o públicas de sectores como telecomunicaciones, banca, etc., que son quienes realmente conocen a los usuarios y al mercado. 

02
Contar con un propósito de mercado

Esto significa diseñar casos de negocio saludables y sostenibles, creados a partir de la identificación de necesidades específicas de los negocios o emprendimientos.  Las herramientas digitales deben enfocarse en ayudar a los comercios a reducir costos y generar mejores productos. 

Hace un poco más de un año, muchas empresas en el Perú recibieron un préstamo directo de dinero por el programa del gobierno llamado Reactiva. Sin embargo, sería necesario evaluar cuál fue el resultado de este, más allá de ayudarlas a sostenerse en el tiempo, que en sí mismo es ya un resultado muy importante. Por ejemplo, el desarrollo local de las empresas pequeñas y medianas a partir de Reactiva, puede ser una base para decidir sobre la implementación de nuevos créditos para incrementar inventarios a corto plazo, sin necesidad de efectivo, y con posibilidad de pagos de manera digital, o tal vez potenciar áreas comerciales y/o productivas con programas de asistencia económica y educativa, y con el uso de las nuevas soluciones digitales. 

03
Alianzas público-privadas

Realizar y reforzar cada vez más alianzas público-privadas, tanto a nivel nacional como internacional. Es relevante no desaprovechar el momento “digital” en el que nos encontramos, y poner nuestros esfuerzos en construir sinergias que impacten al mayor número de personas, con herramientas tanto tecnológicas como bancarias que sean útiles, accesibles y seguras. El camino hacia una economía formal en el Perú no debe depender solamente del Estado, sino que debe involucrar también a las empresas privadas, quienes deben incluir en sus actividades verdaderos propósitos para identificar y aplicar vías de solución y crecimiento para más comercios en el país.  

Lo más difícil en una sociedad es introducir cambios de hábitos y costumbres. Como bien se señala en el artículo de Michael Miebach; millones de personas están abiertas a cambios y han visto cómo han tenido que adaptarse a nuevos escenarios como resultado de la pandemia. No debemos desaprovechar la oportunidad de continuar brindando nuevas alternativas de servicios digitales propios de la economía digital, y comunicando de manera asertiva los beneficios que pueden tener hacia la sociedad. Los más jóvenes se adaptan rápido, pero los mayores han demostrado que también lo pueden hacer si tienen una buena guía.   

Felipe Rincon, vicepresidente, política pública, América Latina y el Caribe